Aunque Rowan Stormbringer se crió en Wiccan, nunca sintió una conexión con la magia. Eso cambia en la víspera de Yule, cuando se encuentra con una criatura mágica, un fénix, que necesita su ayuda para llegar a Stonehenge antes de que se ponga el sol ese día. Esconder una criatura mágica en el mundo de los mortales es complicado en el mejor de los casos, pero asociarse con un taxista atractivo y sarcástico puede ser el boleto que Rowan necesita. Mientras exploran la atracción instantánea que sienten el uno por el otro, Rowan y Martin deben aprender a confiar el uno en el otro si esperan llevar al fénix a casa a tiempo.
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